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Artículo: adicción a internet

Posted by Daniel on 21:39 in , ,


N.º 51
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2007
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ADICCIÓN A INTERNET:
CONOCERLA Y RECONOCERLA

“Elige lo mejor: la costumbre lo hará suave y fácil.”
PITÁGORAS



 
A
 estas fechas no decimos ya nada nuevo si afirmamos que el uso del ordenador personal e Internet es muy generalizado y común en gran parte de la población; en este aspecto, nos hemos ido acercando poco a poco al uso espectacular que ya tiene entre nosotros el teléfono móvil. Tampoco es nuevo afirmar que en muchos ámbitos laborales es imprescindible la disponibilidad de Internet y su hábil manejo. Y, como no podía ser de otra manera, en un hogar que pretenda considerarse moderno habrá de contar con la presencia de un ordenador personal y de una buena conexión a la Red.
En nuestra sociedad actual, Internet tiene un servicio de uso frecuente por casi todos en casa y en el trabajo, en el colegio y en la calle (cibers). Esto quiere decir que, por mucho que lo intentemos, el uso que hacemos de este recurso nosotros mismos, nuestros jóvenes y niños se nos presenta como una tarea prácticamente imposible de controlar, lo cual puede ser motivo de serios problemas.
    

 
Cuando caemos en un uso que sobrepasa lo que el sentido común considera como normal, es decir, cuando incurrimos en el abuso, se origina lo que, en el ámbito de las patologías, bien podríamos llamar “adicción a Internet”.
 
 
En efecto, uno de los problemas que puede plantearnos esta nueva técnica de la comunicación deriva del uso abusivo que hagamos de ella. Cuando caemos en un uso que sobrepasa lo que el sentido común considera como normal, es decir, cuando incurrimos en el abuso, se origina lo que, en el ámbito de las patologías, bien podríamos llamar “adicción a Internet”. Pero ¿es ésta una enfermedad inventada? Y si tal adicción es una realidad, ¿cómo darnos cuenta de que alguien la está sufriendo? ¿Cuáles son los efectos, sus causas...? ¿Cómo prevenirlas?
Hablar de adicción es siempre muy complejo ya que, por una parte, en este tipo de patologías intervienen variables de muy diversa naturaleza (sociológicas, psicológicas y biológicas), y, por otra, porque a la hora de conceptualizar y definir con claridad los problemas, se plantea un buen número de dificultades; por ejemplo: un individuo que fuese adicto a las páginas de contenido sexual, ¿sería un adicto al sexo, a Internet, o a ambas cosas? Como varios autores (Echeburúa, 1999; Griffiths, 1998) han señalado, Internet podría ser, en al mayoría de los casos, sólo un medio o ‘lugar’ donde alimentar otras adicciones o trastornos (por ejemplo: adicción al sexo, ludopatía o parafilias), aunque también señalan que existen casos de adicción a Internet por sí mismo.
  
¿Cómo reconocer cuando existe un problema?
Oficialmente no existe un diagnóstico sistematizado para la detección de la adicción a Internet; sin embargo, cabe la posibilidad de adaptar a este efecto alguno de los protocolos que se utilizan para el diagnóstico del abuso de sustancias extrañas a la naturaleza humana (Goldberg, 1995). A este diagnóstico se ha propuesto llamarlo Desorden de Adicción a Internet (IAD) y quedaría definido por ser un patrón desadaptativo de uso de Internet, que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por tres o más de los ítems siguientes en algún momento de un periodo continuado de 12 meses:
1) Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes síntomas:
- Una necesidad de incrementar notablemente la cantidad de tiempo en Internet para lograr satisfacción.
- Notable disminución de los efectos con el uso continuado de la misma cantidad de tiempo en Internet.
2) Abstinencia, manifestado por cualquiera de estos otros síntomas:
(a) El característico síndrome de abstinencia:
- Suspensión o reducción de un uso de Internet que ha sido grande y prolongado.
- Dos o más de los siguientes, desarrollados algunos días durante un mes antes:
Agitación psicomotora.
Ansiedad.
Pensamientos obsesivos acerca de lo que estará sucediendo en Internet.
Fantasías o sueños a cerca de Internet.
Movimientos de tecleos voluntarios o involuntarios.
Los síntomas causan malestar o deterioro en las áreas sociales, laborales u otra área importante de funcionamiento.
(b) El uso de Internet o un servicio similar está dirigido a aliviar o evitar los síntomas de la abstinencia.
3) Se accede a Internet con más frecuencia o durante periodos más largos de lo que inicialmente se pretendía.
4) Deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el uso de Internet.
5) Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas al uso de Internet; por ejemplo: comprar libros sobre Internet, probar nuevos navegadores, indagar proveedores de Internet, organizar ficheros, descargar materiales...
6) Las actividades sociales, ocupacionales o recreativas se dejan o reducen a causa del uso de Internet.
7) Internet se continúa usando a pesar de saber que se tiene un persistente o recurrente problema físico, social, ocupacional o psicológico que parece ser causado o exacerbado por el uso de Internet (privación de sueño, dificultades maritales, llegar tarde a las citas por las mañanas, abandono de los deberes profesionales, sentimientos de abandono de personas significativas...).
Como todo diagnóstico, tan sólo es descriptivo y no explicativo. De las causas, hablaremos más abajo; sepamos ahora qué efectos negativos produce el abuso de Internet.
  
¿De qué manera nos puede afectar la adicción a Internet?
Según se ha podido comprobar (adaptado de Echeburúa, 1999), los efectos negativos más comunes pueden ser las siguientes:
- Debilitación del sistema inmunitario y un deterioro de la salud.
- Fatiga.
- Depresión y aumento del sentimiento de soledad.
- Alteraciones del humor (inestabilidad emocional, ansiedad...).
- Irritabilidad en caso de interrupción, incapacidad para salirse de la pantalla, etc.
- Un decremento en el tamaño de su círculo social y empeoramiento de la comunicación familiar.
- Estado de conciencia alterado (total focalización atencional).
- Privación de sueño.
Por tanto, se ven afectados el ámbito profesional (o académico), familiar y las relaciones sociales como consecuencia de un imperceptible pero persistente deterioro de la salud física y de las capacidades psicológicas de autorregulación. Realmente es una amenaza silenciosa.
 
Mecanismos explicativos
El proceso por el cual una persona se convierte en adicto es siempre una interacción de factores relativos al objeto de la adicción (Internet en este caso) a las características de la persona, que la hacen vulnerable, y al entorno social.
Características de la propia Internet que favorecen su uso adictivo:
Del mismo modo que un adicto a la heroína lo es a la sustancia y no a la jeringuilla, es lógico pensar que, en este caso, lo importante es el contenido que se maneja en la red, la necesidad que cubre en una persona. No obstante, la velocidad, accesibilidad e intensidad con la que Internet nos ofrece la información contribuyen al potencial adictivo del mismo modo que la rapidez de absorción de una droga es directamente proporcional al potencial adictivo de la droga.
Características de personalidad que favorecen un uso adictivo de Internet:
Hay ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones. La vulnerabilidad psicológica hacia la adicción a Internet se expresa en los siguientes factores de riesgo (Echeburúa, 1999):
- Déficits de personalidad: introversión acusada, baja autoestima y nivel alto de búsqueda de sensaciones.
- Déficits en las relaciones interpersonales: timidez y fobia social.
- Déficits cognitivos: fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia a la distraibilidad.
- Alteraciones psicopatológicas: Adicciones químicas o psicológicas presentes o pasadas.
Contexto social que favorece el abuso de Internet:
Sin duda uno de los factores que más influyen y que favorecen el abuso de Internet es que ésta permite cubrir dos tipos de necesidades básicas: la estimulación solitaria (búsqueda de información, imágenes, sonido, juegos, etc.) y la búsqueda de interacción social (Echeburúa y cols., 1998).
La intimidad con la que se usa Internet entorno a las relaciones sociales virtuales logra producir emociones que difícilmente se les ofrecen cuando estos quieren relacionarse en la vida real:
- Los adictos informan de una intensa intimidad cuando está conectados.
- Existe un sentimiento de desinhibición (favorecido por el anonimato).
- Muchos adictos informan también de una pérdida de ataduras. Poder también crear sus propias personalidades (avatares) según sus estados de ánimo o fantasías.
- Sentimientos de que el tiempo se detiene o que pasa muy rápido.
- Sentirse fuera de control cuando se está conectado.
- Decir lo que se le antoje, sentirse escuchado... y dejar de hacerlo cuando le apetezca, sin represalias.
  
¿Prevención? La formación y las habilidades sociales
En mi opinión, conocer esta aspecto que presenta la Red es tan importante como saber manejar sus programas y múltiples recursos, todos de indudable efectividad y utilidad. Sin embargo, son ya muchas las familias que observan cómo algunos de sus miembros pasan enganchados al ordenador bastantes horas al día, y, aunque perciben el hecho no sin cierta aprehensión, la realidad es que le restan importancia porque, a fin de cuentas, no se trata de una “droga”. Esta actitud es indiscutiblemente errónea y debe ser superada; es necesario estar atentos al tiempo que un sujeto hace uso del ordenador a fin de prevenir su caída en el abuso y se vea afectado de consecuencias tan serias como las ya comentadas arriba.
Por todo esto, se hace indispensable, como siempre, llevar a cabo una labor de prevención que, necesariamente, incluiría dos factores generales importantes: por un lado, la formación de alumnos, padres y profesores respecto al uso responsable de Internet, y, por otro, la formación integral de los alumnos en relación con el desarrollo de habilidades sociales y de relaciones interpersonales que no sólo ayuden a buscar la prevención de lo ya comentado, sino también el fomento de una red de relaciones sociales satisfactorias orientadas a hacer de nosotros personas más felices y satisfechas. No hay, pues, mejor prevención que la formación en la práctica.
  
  
PARA SABER MÁS:


ECHEBURÚA, E. (1999): ¿Adicciones sin drogas? Las nuevas adicciones: juego, sexo, comida, compras, trabajo, Internet. Desclee de Brower, Bilbao.
ECHEBURÚA, E.; P. AMOR y R. CENEA (1998): “Adicción a Internet: ¿una nueva adicción psicológica?”, en Monografías de Psiquiatría, 2, pp. 38-44.
GUERRICAECHEVARRÍA, C. y E. ECHEBURÚA (1997): “Tratamiento psicológico de la adicción al teléfono (líneas party line y eróticas): un caso clínico”, en Análisis y modificación de conducta, 23 (91), pp. 697-727.


  

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